La Fundación Global Nature, una entidad privada y sin ánimo de lucro, lleva 20 años tratando de conservar nuestro rico patrimonio natural, bajo la premisa de que en muchas ocasiones la conservación ha de ser y puede ser compatible con la actividad económica, pues es dicha actividad la que mantiene población rural en los campos, población y actividad que dan forma y vida al paisaje.Logo Fundación Global Nature

Los humedales son especialmente importantes en ese panorama, son espacios de enorme valor para la conservación de la flora y la fauna, porque del agua depende toda forma de vida. Y para conservar los humedales debimos entender que, al estar rodeados de espacios agrarios, era necesario integrar al sector agroalimentario en nuestras estrategias, fomentar la sostenibilidad agrícola de todos los actores de la cadena de suministro agroalimentaria.

Tras años de trabajo la Fundación entiende la sostenibilidad agrícola como una responsabilidad compartida, y como un prisma con múltiples caras. La agricultura genera alimentos y beneficios para la sociedad. En este sentido la Fundación trabaja en transmitir este mensaje al ciudadano, es decir, que la agricultura aporta seguridad alimentaria, fomento del desarrollo rural y servicios ambientales. Esos servicios que generan los espacios agrarios tienen un interés general, y todos somos beneficiarios de estos servicios, parece obvio que todos deberíamos tener un interés en fomentarlos. Sin embargo la generación de dichos servicios depende de actividades que recaen en un único actor, el agricultor. Por lo que todos deberíamos tener un interés en apoyarlos.

Partiendo de este concepto nuestros proyectos promueven el acompañamiento a agricultores, lo que significa establecer una relación de confianza mutua entre agricultores y asesores, especialmente en temas ambientales innovadores o desconocidos. También significa aprender mutuamente. Y nos interesa acompañar a los agricultores porque la adopción de prácticas sostenibles tiene un beneficio para todos:

  • los agricultores aumentan su competitividad a través de un mejor conocimiento del funcionamiento de su explotación, de la puesta en marcha de medidas de ahorro o eficiencia, dotando su producto de un valor añadido ante terceros.
  • los distribuidores: aumentan el control sobre la calidad de sus productos, aseguran el cumplimiento de estándares ambientales obligatorios, pueden trasladar el valor añadido a los consumidores.
  • los consumidores: pueden elegir un producto de calidad y respetuoso con el medio ambiente.

Un claro ejemplo de la complejidad de la sostenibilidad agraria es el cambio climático: el agricultor debe adaptarse a los nuevos escenarios climáticos, colaborar en la mitigación, ahorrar energía, diferenciarse... En el escenario actual nuestra agricultura produce el 16,6% de los GEI que emite España, y es además un escenario en el que tenemos compromisos de reducción muy significativos para 2020 y 2050. Uno de los proyectos de la Fundación, AgriClimateChange, ha demostrado que la agricultura tiene un alto potencial de mitigación, un potencial que además supone oportunidades de ahorro económico y Logo Campaña Business & Biodiversitymejora de la competitividad. La agricultura es el único sector que tiene la capacidad de ser sumidero, es decir, de fijar carbono; y aunque la agricultura no es un mercado de carbono, hay que reconocer el papel de algunas prácticas agrícolas en su fijación. Si bien la agricultura provee este servicio ambiental de interés general, para lograr que el sector agrario se adapte y se adelante al cambio climático se requiere el apoyo a gran escala no sólo de las autoridades europeas, nacionales y autonómicas, sino un compromiso firme de las multinacionales agroalimentarias. Para ello la Fundación promueve estrategias de Empresas y Biodiversidad, fomentando que todos estos conceptos se integren en la gestión empresarial, en las cadenas de suministro, en los precios y circuitos económicos, y en la información que recibe el consumidor.

Un caso concreto de nuestro trabajo es el proyecto “Legumbres Global Nature”: se trata de un proyecto que busca garantizar la protección de la biodiversidad. Veamos cómo:Lenteja PArdina - Fundación Global Nature

-          Este cultivo alimenta el suelo (mejora su fertilidad), alimenta a la avifauna esteparia y es una actividad compatible con la conservación de espacios protegidos de la red Natura 2000 donde se cultivan las semillas seleccionadas por la Fundación de variedades autóctonas  como son el garbanzos pedrosillano, la lenteja pardina y la castellana.

-          Se trata de producciones sostenibles porque cumplen los tres requisitos, favoreciendo el desarrollo en lo económico, en lo ambiental y en lo social. Tratamos de facilitar la comercialización diferenciada de estos productos, evitando intermediarios, y asegurando así que el agricultor recibe un precio justo, donde se incluye la remuneración por los servicios ambientales que estos cultivos suponen.

Hasta ahora la Fundación ha cedido la semilla autóctona (previa selección) a los agricultores ubicados en Red Natura 2000 que se han integrado en la iniciativa. Tras cosechar las legumbres la Fundación facilitó su entrada en circuitos cortos de comercialización, tras envasar el producto con una atractiva imagen que lo relaciona con la conservación de la biodiversidad. Actualmente estamos identificando producciones que aportan valor añadido a nuestros proyectos de conservación, como sucede en La Mancha Húmeda: realizamos una selección de producciones ecológicas del entorno de los humedales, producciones que contribuyen a la conservación de la flora y fauna esteparia (aceite y aceitunas,  pistachos, vino y vinagre, almendras…), por ser de carácter extensivo, por aplicar buenas prácticas ambientales (mínimo laboreo, uso de especies autóctonas, de secano, fomentado ahorro energético, control biológico de plagas, favorecer la cría de determinadas especies de avifauna o evitar daños a dichas especies en épocas sensibles…). La Mancha HúmedaY aunque actualmente tenemos especial interés en penetrar en circuitos ecológicos no nos conformamos con el aval “ecológico” (llamado también orgánico o biológico), ya que si bien garantiza que no se han utilizado químicos ni organismos genéticamente modificados (OGMs) en la producción, el sello no garantiza por sí solo la conservación de la biodiversidad.

 

Reflexión final

Diferentes organizaciones sin ánimo de lucro han entrado en el sector de la distribución agroalimentaria. El papel de las ONG en la cadena alimentaria es incipiente ya que hay enormes barreras propias del sector de la Distribución, tales como el precio al que podemos adquirir los garbanzos producidos sin valor alguno para la conservación del medioambiente, importados de países como USA o Canadá. En el lineal del supermercado no podremos competir con productos de marca blanca hasta que el consumidor no entienda el verdadero coste de esos productos. Debemos pues trabajar más en concienciar al consumidor.

Amanda del Río | Dirección de Proyectos de la F. Global Nature

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