14/10/2013. Innovación, Centros Tecnológicos, CDTI, Investigación aplicada, Externalización, Empredimiento,Coaching… todo esto y mucho más es lo que tienen que escuchar a diario agricultores, ganaderos, pequeños empresarios que apuestan por el mundo rural, artesanos… Las Administraciones Públicas, desde la Unión Europea hasta el más pequeño de los Ayuntamientos, gastan millones de euros y esfuerzos en organizar eventos, jornadas, inaugurar viveros, organizar festivales, que tienen como único objetivo, en la mayoría de los supuestos, la justificación de los gastos realizados con cargo a “Proyectos” financiados con fondos públicos.
Hace unos meses, en un encuentro de los miembros españoles del “Paternariado Europeo sobre Envejecimiento Activo y Saludable”, escuchábamos a María Iglesias Gómez, Directora de la Unidad de Análisis y Estrategias de la Dirección General SANCO (es decir, una experta en materia de fondos y programas europeos), entonar el “mea culpa” por el fracaso de la Unión Europea en la creación de un sistema sólido y saludable de I+D+i. Reconocía, además, que desde las instituciones de la Unión Europea se había comprendido que la Innovación no puede ser sólo tecnológica, sino que también existe una innovación social a la que hay que apoyar igualmente. Para enmendar esta situación, se pone en marcha la “Estrategia 2020”, con el principal objetivo de mejorar las condiciones generales y el acceso a la financiación para investigación e innovación y garantizar que las ideas innovadoras se puedan convertir en productos y servicios que generen crecimiento y empleo.
En esta “Estrategia 2020” destacan las denominadasAsociaciones Europeas de Innovación (EIP), que deben actuar en toda la cadena de investigación e innovación, y que tratarán de racionalizar, simplificar y coordinar mejor los instrumentos existentes e iniciativas, así como de complementarlas con nuevas acciones en caso necesario.
Todo esto es, en teoría, muy esperanzador y parece que, por fin, se permitirá a las pequeñas y medianas empresas (¡pero a las de verdad!) acceder a la investigación y, gracias a ella, acceder nuevos mercados y contribuir a la creación de empresas cada vez más sólidas. Digo en teoría porque, desde TRUE FOOD ALLIANCE sabemos que todo esto dista mucho de ser una realidad, al menos, en regiones periféricas donde existen no solo brechas en la innovación, sino brechas tecnológicas, lo cual dificulta aún más el acceso a las propuestas de la UE.
Porque sí es cierto que se organizan muchos cursos, jornadas, networking, coffebreak, ferias…para explicar a quienes potencialmente se beneficiarán, que existen muchas oportunidades ahí fuera pero, realmente, ¿cuántas de estas acciones tienen un final feliz? A la hora de la verdad, la persona empresaria se vuelve a su casa y tiene que continuar luchando contra una burocracia asfixiante, contra unas comunicaciones decimonónicas, y contra las normas que exigen iguales requisitos a las pequeñas producciones, que a las grandes empresas.
En TRUEFOOD sabemos que la información ha de ser llevada hasta la pequeña quesería artesanal que quiere aprovechar ellactosuero que genera para crear nuevos productos. Al pequeño productor de perdices en conserva que quiere alargar la vida útil de su delicatessen para facilitar su exportación, al agricultor que quiere recuperar unas huertas abandonadas con el fin de suministrar verduras y hortalizas de temporada a clientes que día a día reclaman productos de proximidad. ¿Cómo es posible que sea más fácil comprar un producto gourmet en una tienda de Londres que al lado de mi casa? Simplemente, porque no existe comunicación. La información no fluye.
La información está al alcance de cualquiera, pero no cualquiera puede acceder a ella. En TRUE FOOD ALLIANCE, hacemos de la información la primera piedra de la innovación, creando cadenas reales y solucionando problemas reales. ¿Es esto lo que pretende la “Estrategia 2020”? Esperemos que así sea.ortalizas de temporada a clientes que día a día reclaman productos de proximidad. ¿Cómo es posible que sea más fácil comprar un producto gourmet en una tienda de Londres que al lado de mi casa? Simplemente, porque no existe comunicación. La información no fluye.
Participa en nuestra Comunidad: www.truefoodalliance.com
Hace unos meses, en un encuentro de los miembros españoles del “Paternariado Europeo sobre Envejecimiento Activo y Saludable”, escuchábamos a María Iglesias Gómez, Directora de la Unidad de Análisis y Estrategias de la Dirección General SANCO (es decir, una experta en materia de fondos y programas europeos), entonar el “mea culpa” por el fracaso de la Unión Europea en la creación de un sistema sólido y saludable de I+D+i. Reconocía, además, que desde las instituciones de la Unión Europea se había comprendido que la Innovación no puede ser sólo tecnológica, sino que también existe una innovación social a la que hay que apoyar igualmente. Para enmendar esta situación, se pone en marcha la “Estrategia 2020”, con el principal objetivo de mejorar las condiciones generales y el acceso a la financiación para investigación e innovación y garantizar que las ideas innovadoras se puedan convertir en productos y servicios que generen crecimiento y empleo.
En esta “Estrategia 2020” destacan las denominadasAsociaciones Europeas de Innovación (EIP), que deben actuar en toda la cadena de investigación e innovación, y que tratarán de racionalizar, simplificar y coordinar mejor los instrumentos existentes e iniciativas, así como de complementarlas con nuevas acciones en caso necesario.
Todo esto es, en teoría, muy esperanzador y parece que, por fin, se permitirá a las pequeñas y medianas empresas (¡pero a las de verdad!) acceder a la investigación y, gracias a ella, acceder nuevos mercados y contribuir a la creación de empresas cada vez más sólidas. Digo en teoría porque, desde TRUE FOOD ALLIANCE sabemos que todo esto dista mucho de ser una realidad, al menos, en regiones periféricas donde existen no solo brechas en la innovación, sino brechas tecnológicas, lo cual dificulta aún más el acceso a las propuestas de la UE.
Porque sí es cierto que se organizan muchos cursos, jornadas, networking, coffebreak, ferias…para explicar a quienes potencialmente se beneficiarán, que existen muchas oportunidades ahí fuera pero, realmente, ¿cuántas de estas acciones tienen un final feliz? A la hora de la verdad, la persona empresaria se vuelve a su casa y tiene que continuar luchando contra una burocracia asfixiante, contra unas comunicaciones decimonónicas, y contra las normas que exigen iguales requisitos a las pequeñas producciones, que a las grandes empresas.
Participa en nuestra Comunidad: www.truefoodalliance.com